miércoles, 16 de enero de 2013

CINE | 'Silver Linings Playbook' (David O. Russell, 2012)

La nueva película de David O. Russell (Tres Reyes, The Fighter) está sorprendiendo en las últimas entregas de premios, siguiendo la estela de esas pequeñas grandes películas que aparentemente no tienen mucho que aportar pero que quizá se topan con el corazón de los jurados más que con su mentalidad caprichosa y exquisita, provocando finalmente que el filme acabe en boca de todo el mundo.

Silver Linings Playbook es una de esas películas. Y lo cierto es que no se trata de una película asombrosamente relevante. De hecho, sus nominaciones a los Globos de Oro (con la guapísima Jennifer Lawrence como merecida ganadora del suyo en Mejor Actriz de Comedia) o a los Oscar son las que ponen la nota destacable a la hora de hablar de la película. Sin esas nominaciones seguiría siendo igual de buena o mala, pero desde luego no tendría la misma repercusión. De hecho, tras sus nominaciones ha subido muchísimos puestos en taquilla, sorprendiendo a todas las quinielas. El repentino favor de los premios hacia el filme no tiene mucha lógica más allá del hecho de que estos premios últimamente son de todo menos lógicos. Aunque hay elementos que, si comparamos con otros casos similares (como la propia The Fighter, con la que comparte algo más que su director), pueden dar lugar a cierto razonamiento.



Se trata de una historia cotidiana, intimista, con su punto poco convencional, que se desenvuelve bien en lo dramático, pero que también cuenta con cierta ternura y algunos momentos cómicos, con un humor más cercano a nuestro día a día que al gag forzado. Por otra parte, aborda temas todavía algo tabú como los trastornos psicológicos y su tratamiento en una familia normal. Además, cuenta con un reparto notable cuyas interpretaciones merecen, mínimo, un buen aplauso, especialmente la citada Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, además de Robert De Niro, que sorprende y enternece a raudales como padre, o Jacki Weaver acertadísima en su papel de madre.

Para situarnos en el contexto, la película se centra en Pat, que vuelve a vivir con sus padres al salir de la institución mental donde estaba ingresado por desarrollar un indicio de trastorno bipolar tras haber dado una paliza casi mortal al amante de su mujer. A pesar de su salida del centro, Pat sigue empeñado en negar la realidad de que su mujer Nikki ya no está en su vida tras ese incidente y se propone recuperarla como sea, tirando de estrategias psicológicas centradas en los hechos positivos, en ese “lado bueno de las cosas” que da título a la película en español. Tendrá que lidiar a diario con sus padres, que sólo pretenden ayudarle, y con la fama que se ha creado a su alrededor. Conocer a Tiffany constituirá un punto de inflexión en su estrategia de recuperación, al desarrollar una compenetración muy natural desde el primer momento. Una chica que se ha labrado una mala reputación y una actitud asertiva y poco sociable, afectada por la muerte de su novio. Actitud que, sin embargo, no supone algo negativo para la mentalidad similar de Pat.



Todos están a la altura de esta pequeña gran película que rezuma optimismo y ternura en todo su metraje. Un optimismo realista, eso sí; que huye de lo artificial, crudo, nada adecuado a las circunstancias particulares del drama personal de cada uno de los protagonistas. Se le suma un agradecido fluir de los diálogos en los que sobre todo se lucen Cooper, Lawrence y el mismo De Niro. Se comenta por la red que recuerda (salvando las distancias) a la dinámica de algunas películas del maestro Billy Wilder, y no puedo estar más de acuerdo. Sin duda una tierna sorpresa con calidad propia incuestionable que, sin embargo, no considero que vaya a ser extremadamente recordada de aquí a un tiempo, al menos por el público en general (porque el que escribe no se olvidará ni de Jennifer Lawrence ni de Bradley Cooper). Quizá por un final que se hace predecible a partir de la mitad de la película. Lo positivo es que aun imaginando lo que va a pasar estamos deseando verlo ocurrir, y el camino que Russell traza para llegar a ese término está bien trazado, que es lo importante.

Con la música resultona de Danny Elfman, la película adquiere cierto tono indie que puede recordar a otras películas de este tipo como Little Miss Sunshine, sobre todo en el apartado musical, como digo, ya que es obvio que dista un poco de parecerse a la película de Jonathan Dayton y Valerie Faris. "El lado bueno de las cosas" (que es la traducción más cercana a la expresión "silver linings") se estrena el 25 de enero en España.

*En esta publicación existen extractos de un texto original sobre su banda sonora publicado en BSOspirit.com

2 comentarios:

  1. Yo trataré de ir a verla hoy! Tengo ganas desde que empezaron a hablar de la peli y de sus dos protagonistas. Ya te contaré!

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    1. A mí me gustó bastante :) Es tierna, sobre todo, sales con una sonrisa de verla. Y gracias por pasarte, Marta!!

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