domingo, 16 de septiembre de 2012

GLEE | The new Rachel. The new 'Glee' (4T)



Que 'Glee' se despidió en junio con una tercera temporada muy floja es un hecho. Que la serie de Ryan Murphy ha vuelto mejorada y con más fuerza, también. Haciendo balance de la temporada anterior, allá por junio, mi interés por la serie se veía menguado por la mediocridad de los capítulos y las tramas que nos habían dado, a pesar de dar un pequeño empujón positivo en la recta final y proponer un desenlace emotivo que abría nuevas y temidas posibilidades. 'The New Rachel' nos demuestra que 'Glee' también vuelve renovada y que su nuevo enfoque -basado en la división de tramas en Nueva York, por un lado, y en Lima (Ohio), por otro-, no sólo no parece que vaya a ser tan negativo, sino que apunta a enriquecer ligeramente una serie que parecía estar oxidándose en su relativa inmadurez.

'The New Rachel' (muy oportuno que el primer episodio de la cuarta temporada tenga ecos del título de la nueva serie de Ryan Murphy) no espera demasiado y casi actúa como un episodio más, sin apenas presentaciones. Ya somos conscientes de que Rachel está en NYADA enfrentándose a una profesora que paga su frustración con sus novatos alumnos (Kate Hudson inaugura bien su papel, con un buen mash-up de 'Americano' y 'Dance Again', aunque no demasiado llamativo), y con Finn lejos de la gran manzana, queda claro que cualquier tentación masculina es poca. Si esa tentación es un típico pivón sensible y cariñoso, el conflicto está servidísimo y previsto desde kilómetros. Desde luego, vamos a ver una 'nueva Rachel'.



En cuanto a los restantes miembros del Glee Club que no se graduaron, aún permanecen en el McKinley High, entusiasmados ahora por la llegada de nuevos miembros al grupo y cegados por la fama que les ha dado ganar en las Nationals. Mientras Blaine, Tina, Brittany y 'Unique' rivalizan por convertirse en esa 'nueva Rachel' a la que alude el título, conocemos al hermanastro de Puck, con claros problemas de agresividad (el pedantemente heroico Will Schuester ya tiene reto personal para unas semanas) y a Marley, la chica mona (monísima...) que este año conquistará algún que otro corazón (por ejemplo el de Sam, nada predecible este desarrollo...), e hija de la oronda cocinera del instituto, objetivo de mofas por parte de los estudiantes (conflicto dramático-emocional exacerbado muy propio de 'Glee').

Los temas musicales no fueron nada del otro mundo, incluyendo el casi obligado 'Call Me Maybe' de Carly Rae Jepsen. El que más destaco es 'New York State of Mind' a dos bandas entre Rachel, en NYADA, y Marley en el McKinley, ésta última muy floja frente a las tablas de Rachel, por mucho que me duela. El que más me sobró fue el de Blaine convenciendo a un ya maduro y hasta más guapete Kurt de que su vida no está anclada trabajando en un bar y cerca del Glee Club. No por lo que supone, porque era necesario, sino por el número en sí, con esos inverosímiles estudiantes 'happy' que improvisan música en el patio del instituto pero luego lanzan granizados a los 'gleeks' a la mínima. En cualquier caso, motivado por su novio, Kurt aparecerá en Nueva York para rescatar a Rachel de su soledad infantil. Sus pucheros sin duda la alejan de convertirse en una auténtica zorra competitiva, pese a haberlo querido ser toda su vida.


Por su parte, Sue Sylvester mantiene su nivel de cinismo y comentarios ácidos (cada vez que llama a Kurt 'porcelain' es para enmarcarla), ha tenido a su bebé (veremos cómo se desenvuelve como madre soltera) y ahora cuenta con una nueva animadora jefe mucho más estúpida y dañina de lo que en su día lo fue Quinn. En cuanto a Will, espero que sepamos algo más de su relación con Emma, que bastante dejada de lado estuvo en la temporada anterior. Además, creo que sería muy acertado llevarle a hacer una visita a Rachel a la gran ciudad, sería muy emotivo, aunque Will es consciente de que su labor como maestro/motivados/salvador incluye mantenerse en la sombra mientras los demás brillan. Falta saber de Santana (¿tendremos una tercera localización...?), de Finn (parece que se acercará a Nueva York, según se ve en esta imagen), de Mercedes y quizá de Quinn, aunque no he sufrido su ausencia.

¿Qué hay de nuevo entonces en 'Glee' esta temporada? Como digo, el hecho de que las tramas se repartan no sólo en dos bandas de personajes sino en dos localizaciones distintas ya supone un soplo de aire fresco. Y eso es lo que básicamente me ha animado a esquivar lo que dije hace unos meses sobre bajarme del carro, y en cambio darle otra oportunidad. Por lo menos consiguen que no me aburra, e incluso que me ría (los puntos de Brittany, y esa referencia a 'Game Of Thrones').


Ver una secuencia en pleno Nueva York, o esa sala acústicamente perfecta en la escuela de Rachel y los nuevos retos de ésta nos descansan la vista de tanta sala de ensayos en el McKinley High. Sin embargo, como los que vemos 'Glee' normalmente respondemos a un perfil nostálgico (entre otras cosas), no nos quitan la dosis del instituto y podemos seguir viendo qué pasa con los que se quedan allí. Los nuevos fichajes son aceptables, dejando aparte el hecho de que un servidor se ha enamorado de Marley y su sonrisa. Tienen  auténtico pedigree de 'gleek' y cantan bien, aunque hay que decir que ninguno iguala a una Rachel o una Mercedes... El único que da el pego es 'Unique': su personaje no me entusiasma, pero su voz sí, y no deja tan claro como otros que ha salido del Glee Project, porque cada vez actúa un poquito mejor.

La cuarta temporada de 'Glee' está servida, y bien servida, por fortuna. Esperemos que potencien lo que pretenden desarrollar, y quizá nos quede un mejor sabor de boca que la temporada pasada, que sería de agradecer.

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