viernes, 18 de mayo de 2012

'SMASH' termina su primera temporada con decencia

La serie musical emitida por la NBC (en España en AXN White) ya ha llegado al final de su primera temporada, aunque cualquiera diría que va a haber una segunda temporada. Ahora que 'Bombshell' ha rendido pleitesía a Marilyn con su exitoso estreno en Broadway, no sabemos por dónde tirarán las tramas el año que viene. Lo que es seguro es que 'SMASH' ha dado muchos tumbos desde que salió a la luz su más que convincente piloto, altibajos que le han podido pasar algo de factura pero que no le han privado de llegar al final con una palmadita en la espalda.


Ya hace un tiempo que hablé sobre esta apuesta de la NBC apadrinada por Steven Spielberg, que es muy listo y ahora se apunta a cualquier bombardeo destinado a la televisión (sin que esto suponga que le salga bien la jugada, y para muestra 'Terra Nova'). 

La premisa era arriesgada, a pesar de que la inmersión en el serial musical ya la iniciara Ryan Murphy con 'Glee'. Esta propuesta era más seria, y más directamente relacionada con los musicales de Broadway y sus entresijos. 'Smash' despegaba con un piloto digno de aplauso que te dejaba con ganas de seguir (y que conste antes que nada que me ha gustado mucho seguirla). Sin embargo, la serie se quedó algo estancada a medida que avanzaba. 

Los personajes, de los que esperábamos que evolucionaran a pesar de presentarse como algo tópicos al principio, no avanzaban, no encontraban su lugar demasiado bien, y nosotros tampoco. Así, la serie ha ido dando algunos tumbos, con capítulos más prescindibles que otros. Además, los enredos que proponían no resultaban demasiado atrayentes, eran pretenciosamente conflictivos y no calaban realmente, quedaban primitivos, vacíos, de manual (cuernos matrimoniales, romances entre bailarines, complejos de inferioridad, competitividad por el estrellato...). Quizá lo que era más de manual eran precisamente las formas de tratar esos temas y no los temas en sí. En cualquier caso, los números musicales que nos daban cada semana eran un pequeño aliciente para continuar, por el mero hecho de ser composiciones originales que iban construyendo un todo más grande al que aspirábamos también nosotros, además de sus sufridos protagonistas. Algunos números destacaban más que otros, especialmente en la puesta en escena; otros eran simplemente funcionales y no innovaban demasiado en las formas, algo que en el piloto no fue así, puesto que jugaban bien con los tópicos del género (visiones oníricas, escapismo, montaje paralelo...). 


No obstante, el recorrido que ha hecho 'Smash' ha sido comparable al mediocre vaivén que han sufrido en las tramas. Los protagonistas están inseguros, todo es nuevo, todo es arriesgado, no saben por dónde va a salir, y sin embargo la función continúa. De alguna forma, a la serie le ha pasado lo mismo, al menos esa es la sensación que a mí me quedaba. Ni siquiera la presencia de Uma Thurman, a pesar de ser prometedora, le dio un giro notable. De hecho, su personaje ha llegado a ser realmente agotador, aunque necesario para complicar esa competitividad entre Karen y Ivy un poco. Al finalizar nos quedamos con el piloto y con la recta final, esa intensidad pre-show de los tres últimos episodios. Eso, si le quitamos el lío forzadísimo que se monta Dev con Ivy, una vez más cayendo en lo pretencioso: una búsqueda de conflicto que roza el ridículo... Por lo demás, Marilyn se lleva un merecido homenaje, y 'Bombshell' logra ser un éxito total con ese final escrito a última hora que consigue poner los pelos de punta, porque nosotros también nos llevamos una satisfacción. Y que digan lo que quieran: Karen es muy sosa y tan buena que resulta tremendamente odiable, pero la prefiero mil veces como Marilyn que a Ivy, caprichosa y diva donde las haya. Y comprendo y alabo el empeño de Derek para ponerla en el escenario le pese a quien le pese, porque merece la pena.



¿Qué es exactamente lo que le falta a 'Smash'? Lo que más le echo yo en cara es que no haya sido más 'hija de puta', pero realmente 'hija de puta'. No 'hija de puta' en plan Ellis, un personaje muy mal llevado al que dicen que van a explotar más en la segunda temporada: es inestable, es cansino y no es creíble, a mi parecer. No 'hija de puta' en plan Ivy, caprichosa como decía antes, y oportunista en su afán de conseguir lo que siempre ha soñado. Lo cierto es que es por ahí por donde tienen que tirar, pero aún les falta profundizar, arriesgarse, sobrepasar los límites un poco, no sólo 'hacer como que los sobrepasan'. Veremos qué nos tiene preparada la segunda temporada, qué ha pasado con las pastillas de una victimista Ivy (su conflicto interno tampoco me lo creo), el éxito de Karen, su relación en tablas con Dev, la de Tom con el bailarín cristiano (buena pareja hacen) y la tensión sexual entre Michael y Julia. 

A 'Smash' le falta ser más sucia. Le falta ser más cruda. Obviamente, no podemos pedir esto a una serie de NBC, pero creo que para ser redonda debería dar rienda suelta a esos aspectos, dejarse de tanta limpieza técnica y formal, volverse un poquito menos familiar... Más cerca de 'Eva al desnudo', más cerca de 'Chicago' y 'Cabaret' que de 'Dreamgirls'. Si hablan sin tapujos de suicidios, cuernos, envidias, enredos laborales y estrés insalubre por lo menos que hablen de ello con fundamento, o que innoven en el apartado técnico; y no desde la cómoda mediocridad que les impone el querer abarcar un target amplio. Ahora que seguramente éste ya lo tengan bien agarrado, esperemos que sepan usarlo en favor de la serie y nos encontremos con una segunda temporada más arriesgada, más transgresora, más complicada, y, eso sí, potenciando los mismos puntos fuertes de lo que ha sido un primer ensayo general que al final ha resultado satisfactorio.


[Publicado originalmente en Goles&Palomitas]

No hay comentarios:

Publicar un comentario