domingo, 11 de diciembre de 2011

GLEE 3x08 | Hold On To Sixteen (dosis de buenrollismo juvenil, que hace falta)

GLEE va y viene sobre diversas tramas, nos plantea interrogantes, y los va resolviendo (a veces demasiado lentamente), da episodios profundos y emotivos, casi definitivos, y otros más frívolos. De alguna manera así se ha movido siempre, pero desde luego en esta temporada lo está haciendo mucho más. Leía por ahí que la serie va cogiendo ya más estabilidad. GLEE necesita es equilibrio, sí, pero justamente en la inestabilidad es donde lo encuentra. Al fin y al cabo, GLEE habla de lo minoritario, de lo que no encaja, de lo no convencional.

Un capítulo de competición (sean las Sectionlas, las Regionals o las Nationals) siempre suele ser bueno, y destacar un poco por encima de los demás, pero sin dejar de ser rápido y con el humor de siempre. La mordacidad mezclada con el humor ácido y casi surrealista, el montaje visual acelerado y las emociones desatadas como hormonas son los elementos que claramente definen a GLEE, además de la moraleja que casi siempre arrastran en cada capítulo y que pone la guinda de esa tarta tan "kitsch" que es cada episodio.


En "Hold On To Sixteen" tocaba rendir homenaje a la juventud. Y está guay que se exalte esta etapa de la vida, pero por mi experiencia (que bueno, tampoco es que sea muy ejemplar) me gusta pensar que la juventud no se encuentra precisamente en los 16 años. Tampoco en los 30, no me malentendáis... En cualquier caso, evocan a cualquiera que haya visto el episodio, sea adolescente o joven propiamente dicho, a disfrutar, a aprovechar (pero sin miedo a que el tiempo pase), a dejarse de malos rollos que se puedan evitar, porque luego ya habrá cosas por las que realmente sea necesario preocuparse y que son las que nos hacen madurar inevitablemente. El que no crece es porque no se ha pegado tortas.

Desgraciadamente, y en la vida real, por mucho que GLEE no sea siempre un camino de rosas para los protagonistas y que intente ser un reflejo de los problemas adolescentes actuales, los que lo pasan mal durante la adolescencia no pueden solucionar su día a día con un número musical buenrollista que exalte la juventud. No entonces, quiero decir. Porque sea mala o buena esa etapa (cada persona es un mundo), el momento en el que más joven se puede llegar a sentir uno es cuando sabe que está siendo uno mismo, que está a gusto, que se siente seguro pero no estancado, que aún tiene mucho que dar, que ha podido superarse con el tiempo. Es en ese momento (que en mi opinión no suelen ser los 16 años) en el que realmente adquiere sentido y te llena gritar: "We are young! So let's set the world on fire, we could burn brighter than the sun!".

Moraleja la de agarrarse a la diversión y a la falta de problemas gordos que aprende bien Quinn en este episodio. Empeñada en acabar con Shelby y hacerse con Beth para convertirse en madre y así dar sentido a su existencia ridícula y sosa, pretende chivarse al director Figgins de su "affaire" con Puck, y así ganar las Sectionals, puesto que todos en New Directions lo ven muy negro para ganar esta primera competición.

Las Trouble Tones van fuertes, y de hecho así empiezan, con ese numeraco musical mash-up entre "I will survive" y "Survivor", en el que tanto se lucen las voces de Mercedes y Santana. Un tema musical que me ha parecido mucho más reivindicativo del sufrimiento y lucha de los que tienen distinta orientación sexual que los discursos políticamente correctos de anteriores episodios. Ver a Santana cantar la icónica canción de Gloria Gaynor rodeada de chicas y bien agarradita a su Britanny (de la que aún espero que diga algo sobre todo este asunto...) me resulta mucho más efectivo y sutilmente mejor. Por cierto, como dije la última vez, me alegra saber que Santana sigue siendo la bitch que era, e incluso con variaciones (el poema "positivo" a Sam ha sido grande). Es más, ahora que está más segura de sí misma, puede que sea incluso peor. Me gusta.

Sin embargo, el telón se cierra para las Trouble Tones, en ese momentazo a lo musical de Broadway en el que, tras ver cómo sus contrincantes sostenían la copa de la victoria, las luces del auditorio se apagaban una tras otra para dejar en penumbra a las humildes perdedoras, simbólicamente solas y únicas en ese escenario hasta hacía unos segundos lleno de gente aplaudiendo.

Algo que me sorprende de los episodios en los que hay competición es que hasta ahora siempre se las han apañado para mantener la tensión y no ver que estaba cantada la victoria o la derrota (bueno, en Nueva York un poco obvia sí que era, pero aun así lo arreglaron dando importancia a ese beso precioso y también muy musical que se dan Rachel y Finn en el escenario). En este capítulo han vuelto a dejarnos ese cosquilleo de no saber si realmente ganarían. Lo de ver los tres números musicales seguidos ha molado, pero también ha tenido su peligro de aburrir en algunos momentos, sobre todo porque tampoco es que hayan sido canciones muy muy buenas (en cuanto a lucirse, no en cuanto a calidad...). Especialmente creo que ha sido un pequeño bajon la segunda. No obstante, señoras y señores, ha sido un claro homenaje a Michael Jackson (y familia), que nunca está de más, y como además había que lucir a Mike bailando para que su padre le viera, pues había que meter mucho baile. Hay que reconocer que en ese aspecto, lo han dado todo, hasta Finn.

Para ganar han tenido que recurrir a Trouty Mouth, que ha vuelto. Sam Evans ya está de vuelta en el Glee Club del McKinley High, y eso me gusta mucho, porque este chaval con cara de McCauly Culkin tiene sus puntos inocentones. Por supuesto, parece que se retoma la trama de su romance con Mercedes, algo que también me gusta. Lo que no me ha convencido ha sido la forma de volver. No me refiero al tema de que trabaje de stripper, que ha sido todo un puntazo, sobre todo al ver a Finn y Rachel. El "white chocolate" ha vuelto al Glee Club porque su familia ya está más estable económicamente, y porque sus padres son unos enrollados y le han hecho un favor, al ver que Sam estaba perdiéndose unos buenos años de adolescencia por tener que trabajar y madurar tan pronto. Pero tampoco ha sido eso lo que no me ha convencido. Ha sido sólo la excusa de Finn para ir a buscar a Sam, como si fuera su único y auténtico salvador. Muy forzado el argumento, por no ser nada sólido y verosímil, ya que Sam no es ni de lejos la pieza angular del grupo. 

Este capítulo sin duda me ha gustado más porque por fin han cerrado algunas trama que no estaban funcionando bien y que todos veníamos echando en cara a esta temporada. Rachel no canta (ha sido extraño no verla...), pero se ha dedicado a hacer espabilar a Quinn (gracias Berry!!), que ya se ha relajado un poco y no es tan ridícula. Por otra parte, Mike tiene el beneplácito de su sorprendido padre para seguir bailando. Y Shelby probablemente acabe sus apariciones aquí, porque sin Trouble Tones que entrenar y sin Puckerman que satisfacer (porque ella se niega), no creo que tenga sentido mantenerla más tiempo. Adiós a Idina... 

Tras cerrar estas tramas más o menos bien llevadas, parece (o quiero pensar) que a partir de ahora van a centrarse en otras distintas y dejar descansar a las ya comentadas. GLEE tiene tantos personajes y tantos frentes abiertos, que tiene que ir poco a poco, debemos ir acostumbrándonos. 

Para los siguientes episodios espero que nos cuenten un poco cómo va el tema de Will Schuester con Emma, que ya los echo de menos (Mr. Schue sí que ha rejuvenecido a sus años de ligón con ese "for you" y es beso que lanza a su novia, qué auténtico el tío). También espero que Sue Sylvester nos dé algunos de sus momentos, y por poco que me guste, espero que se inventen algo para Artie (quizá Sugar...?). Y por supuesto, seguiremos con el tema de Sam y Mercedes, y supongo que lo mismo para el triángulo de titanes Kurt-Blaine-Sebastian, un "sonrisa de suricato" oficialmente dispuesto a quitarle a Kurt "exceso de suerte en su cara gay" a Blaine.

Breves menciones aparte: una para esa "reverb" que han metido en las canciones de los números musicales del escenario, y que las han hecho un poquito más realistas... Otra para Tina, que se ha lucido bien y mucho en este episodio. Y una última para los miembros de la banda musical que siempre acompañan en segundo plano a los protagonistas del Glee Club, que se han llevado su hueco de protagonismo en el escenario, ante la escasez de equipo. Algún día intentaré hacer un post sobre estos eternos segundones de la serie, y sobre todo, sobre Brad, el pianista que pase lo que pase siempre está ahí... Inside jokes.

Es un nuevo comienzo el de nuestros chicos y chicas de GLEE, bien hecho por los guionistas para que pase justo antes de Navidad. Esta semana será el último episodio del año, con otro especial de Navidad (el de la segunda temporada fue muy grande, y siempre se agradecen los temas navideños en las series: ahí estará mi madre escuchando las canciones de GLEE que le grabé el otro día, sin saber siquiera de qué le hablaba ni que cierta canción la canta Kurt, y no una chica).

Un nuevo comienzo para todos y todas, juntos otra vez como los New Directions, y con más fuerza que antes, con más miembros. Final emotivo donde los haya precisamente porque en el fondo queremos ver a esas grandes que son Santana, Mercedes y Britanny (y Sugar...) otra vez con el grupo, para hacerlo aún más fuerte (además, ver sonreír a mi Naya Rivera Santana siempre es una alegría...).

Fiel a su dinámica, seguramente no haya tan buen rollo como el que nos dejan al final con esa gran canción de Fun (mejor la original que la versión, pero aceptable y emotiva igualmente). Mercedes y Santana seguirán picadas porque no tienen tanto protagonismo frente a Rachel, etc, etc. O no, quién sabe. Lo que tengo claro de todo esto es que quiero marcarme un número musical como ese mientras se me van añadiendo amigos en una improvisación gloriosa que nos ponga los pelos de punta. He dicho. Al fin y al cabo, en la tele lo hacen, ¿no...?


1 comentario:

  1. Me encanto este capitulo, creo que la temporada esta de maravilla, todas las semanas digo lo mismo, es el mejor de la temporada, cada vez se superan, siempre los capítulos de competencias son geniales, me gusto mucho que cada cancion que canto ND tenia que ver con la trama, como cuando Quinn canto su parte en Control, era dedicado a Shelby o Man in the Mirror, para el papa de Mike, lei que el papa de Mike lo deja ser bailarin pero tiene un plan oculto, separar a Mike de Tina porque dice ke ella es una mala influencia.
    Pero lejos lo mejor del capitulo fue el final, cuando Quinn les dice que tienen que volver que les queda poco tiempo juntos te das cuenta que en menos de un año todos se separaran y We are Young me encanto, nunca la habia escuchado y creo que ahora es de mis favoritas, parece cancion de graduacion, muy emocionante(mori cuando llegaron las Trubletones y cantaron su parte o cuando Rachel fue a buscar a Santana)
    En general muy buen capitulo, drama, risas, buena musica y mucha emocion, lo mejor hasta ahora. Me gusto mas el we are young de glee, es como de reencuentro y mas emotiva

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